14 feb 2008

La mentira de amar el amor

Que el amor no existe. Que todo es un invento del corazón en su intento de jugar a ser Dios todas las noches de insomnio. Que tus ojos no brillan cuando hablas de ella/él, pues sólo es un reflejo en el espejo opaco de tu psique que todos fingen ver para no mostrarte la real realidad. Que tu corazón-coraza-acorazado no palpita más fuerte al pensarla/le, así que no temas: no saldrá disparado de tu pecho desnudo para estamparse en la pared de enfrente encharcando de sangre el suelo para que los duendes de la melancolía se embriaguen y resbalen.

¡Que no! No existe el amor. Y tampoco existen los sueños compartidos rompiendo a voces cantadas los amaneceres de invierno mientras los pájaros marchitos se arrancan las legañas para ofrecérselas a sus crías hambrientas de sed. ¡Desengáñate! El viento no arrastra su voz hacia ti, silabeando bellos poemas mentirosos sobre sentimientos que no viven, sino que es sólo la esquizofrenia de tu paranoya que te recuerda un día más tu locura.

- ¡Loco!
- ¿Loco quién?
- Loco tú por creer en el amor...

Es falso. Falso como los recuerdos que creímos vivir en nuestra infancia, desesperadamente arrebatada por terroristas de sueños ignífugos, pero que nunca fueron. Ni los recuerdos ni los sueños. Falso como la caricatura de la luna a la luz del día. ¿Dónde está la perla pálida que de noche lloraba en mi oído consolándome para olvidarse de su gélido rostro?
Todos tenemos una cara distinta.
Y la luna no iba a ser menos.
También ella es falsa.

No hay amor. No es que esté escondido bajo la alfombra de colores del vagabundo de la esquina. No. Simplemente no hay amor. Ni en las sonrisas de los niños dibujados en las poesías, ni en los jardines de los cementerios, ni en los libros empolvados del último estante, ni entre los números del calendario del año pasado ni en ningún otro sitio, ¡joder!

Es sólo pasión lujuria, sexo, apetito, arrebato, delirio, entusiasmo, frenesí, vehemencia, pornografía, desenfreno, impudicia, lascivia, obscenidad, rijosidad, erotismo, concupiscencia, picardía, sudor, sensualidad, incontinencia, avidez y fiebre en los días pares reservando (en la única taquilla con la cerradura rota) dolor, llanto, suplicio, tortura, desconsuelo, tristeza, amargura, tormento, pena, desilusión, soledad, inquietud, sufrimiento, desolación, masturbación, lamento, martirio, sinsabor, pesadumbre, fastidio, desánimo y lágrimas para los días impares. Y desamor en todos ellos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

pero los dias de fiebre son tan surrealistas que casi da gusto amar solo por eso, por esas decimas que hacen que nos exrañemos de mundo. Y parece que no estemos dentro de él.
estoy segura de que Amor siempre existirá, aunque se resista a salir a la calle ;)