27 abr 2008

Tristeza verde


Me gusta el verde. Me gusta ver a una chica dulce caminar con su gabardina verde clorofila. Seguro que Lorca se inspiró en una chica dulce caminando con una gabardina verde que te quiero verde y el pelo danzando sobre el viento desordenado y los ojos rotos por un amor y la lluvia (dime, ¿en realidad es lluvia o niebla?) arañando sus labios mientras el olor a tormenta de primavera, incluso antes de estallar en el cielo gris plata, castiga a los peces del estanque y a las golondrinas del parque. Una chica a la que las goteras le hacen llorar cuando gatea sola por la zone vieille de la ciudad mientras las fuentes intentan secar sus pestañas para inundar las alcantarillas donde esperan barcos de papel naufragados que un día los niños sin manos lanzaron al desagüe de sus secretos. Las nubes le acribillan en silencio al escuchar la canción desesperada... la canción desesperada... la canción desesperada que habla de ella aunque no fue escrita para ella, que habla de ella aunque no tiene letra, que hable de ella porque está triste y en los días tristes (todo el triste mundo lo sabe) las tristes melodías son tristes puñaladas que tristemente se quedan para siempre. Qué triste...