Los ojos ya no se acordarán de acechar al cielo
en las brillantes noches de verano
para buscar las lágrimas escondidas
entre las estrellas descuidadas.
En un intento del viento por apagar el sol,
el aire arderá hasta hacerse visible,
la lluvia secará las cenizas de un cementerio olvidado
y las lenguas se ahogarán en bocas ajenas.
Pero mientras los pájaros susurren canciones imposibles,
los amaneceres seguirán siendo eternos
y la luna continuará arropando a la noche
en la inconsciencia de la necia humanidad.
Y cuando todo esto suceda,
sin que nadie me vea,
me refugiaré en tus ojos...
huyendo de la más digna soledad.
2 comentarios:
La cosa va de bocas y ojos azules, agujeros negros, labios rojos y cabellos dorados.
Soy el primero en firmar, ese yoooo.
la lluvia secará las cenizas... si, a veces la lluvia es asi ;)
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